La
ciencia se encarga de estudiar los procesos que involucran la felicidad
para así poder establecer definiciones justas y precisas. Hoy en día la
investigación se enfoca en describir estados que se relacionan con ella
como el placer y también el llamado “bienestar”.
Los
seres humanos somos los únicos animales capaces de aumentar nuestro
sufrimiento, por ejemplo, a través de los pensamientos distorsivos. Pero
también tenemos la habilidad de poder potenciar nuestro bienestar.
Para
estudiar al ser humano en toda su complejidad es necesario una
disciplina que no solo resuelva sus problemas sino que también ayude a
construir cualidades positivas que permitan potenciar las fortalezas de
las personas. Si nos proponemos mejorar nuestras vidas, es necesario
rechazar algunas ideas falsas que resultan contraproducentes para
alcanzar el bienestar. Una de ellas consiste en pensar que se lo
encuentra un día de manera repentina. Por el contrario, este se
construye y, generalmente, esta construcción requiere de un gran
esfuerzo. Otra idea afianzada comúnmente es que el bienestar es algo que
se tiene o no se tiene, sin medias tintas; mientras que, en realidad, podemos considerar que hay un continuum entre el malestar y el bienestar en el que nos hallamos a lo largo del día y, más aún, de la vida.
SATISFACCIÓN INMEDIATA VS. LARGO PLAZO
Distintas corrientes filosóficas identificaron dos maneras de acceder al bienestar: una es la víahedónica,
que consiste en disfrutar de todo aquello que implica un placer
inmediato (una comida, un paisaje, una reunión entre amigos, etc.); y la
otra es la vía eudaimónica.
Esta última reside en la satisfacción a largo plazo que se genera como
consecuencia de los logros obtenidos, de conseguir los frutos que surgen
del esfuerzo, el trabajo y la planificación.
ACTIVIDADES QUE AUMENTAN EL BIENESTAR
Existen
numerosas actividades que podemos realizar para aumentar el bienestar y
la salud emocional. Esto significa que pueden ser entrenadas, es decir,
pueden desarrollarse y eso depende en gran medida de la voluntad.
Gracias a la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro de crear nuevas
conexiones neuronales e incluso generar nuevas neuronas ligadas a la
experiencia, estas actividades también pueden producir cambios
estructurales y funcionales en el cerebro.
1. EJERCICIO FÍSICO
El
ejercicio físico es muy beneficioso para la salud, ya que reduce la
ansiedad, el estrés y el riesgo de contraer enfermedades. También tiene
un rol importante en las funciones cognitivas como la consolidación de
recuerdos y la memoria de largo plazo. La ejercitación física, a su vez,
mejora el flujo cerebral en estados de reposo, incluso a partir de
períodos cortos de entrenamiento. Asimismo produce bienestar en el corto
y mediano plazo, ya que el ejercicio genera endorfinas, las hormonas
que generan sensación de placer y bienestar, además de tener un efecto
analgésico en el organismo.
2. MEDITAR
Numerosas
investigaciones han comprobado que meditar de manera regular modifica
positivamente la estructura y el funcionamiento cerebral. Estos
resultados también sugerirían que la meditación cumple un rol en la
plasticidad sináptica, es decir, en la capacidad de las neuronas de
generar mayor número de “conversaciones” entre ellas. También la
meditación se correlaciona con mayores niveles de bienestar y menor
número de enfermedades.
3. EMOCIONES POSITIVAS
Tener
y potenciar las emociones positivas es un recurso que también favorece
el bienestar. En los últimos años empezamos a conocer el rol fundamental
de las emociones positivas en nuestra vida.
Podemos
decir que la ciencia está comprobando que la expresión “ver la vida
color de rosa” no estaría tan apartada de la realidad. Un estudio probó
que cuando uno sonríe, el cerebro procesa la información proveniente de
rostros con una expresión emocional neutra de la misma manera que cuando
procesa rostros alegres.
4. RELACIONES SOCIALES
Mantener
relaciones sociales amistosas, afectivas y amorosas también son
consideradas fundamentales por la ciencia para conseguir el bienestar.
Se sabe que la presencia de seres queridos altera positivamente la
respuesta del cerebro a situaciones amenazantes. Se demostró que las
personas que atravesaban una situación estresante y recibían apoyo
verbal de sus afectos tenían menores cantidades de cortisol en el
organismo, una hormona relacionada en el proceso que se activa ante el
estrés.
5. GENEROSIDAD
La
bondad, la gratitud, el amor, la integridad, la curiosidad, la valentía
y la generosidad son algunas de ellas. Ser generoso, por ejemplo,
produce una sensación de bienestar ya que activa un circuito neuronal
asociado al placer y la recompensa, además de activar diferentes
“químicos” asociados a la felicidad como la dopamina y la oxitocina. Las
personas generosas reportan tener más amistades, dormir mejor y superar
de mejor manera los obstáculos que las personas mezquinas.
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