viernes, 29 de mayo de 2015

Nuestro cerebro funciona como Facebook

Tal vez el auge de las redes sociales en internet tenga que ver con el hecho de que su estructura está organizada como nuestra memoria. Facebook
Esto al menos es lo que sugiere un estudio realizado por Thomas Hills y Thorsten Pachur, de la Universidad de Basilea (Suiza). En un primer momento, los dos investigadores querían saber cómo y en qué orden nos acordamos de las personas. La propia pareja, por ejemplo, además de ser el número uno en nuestro corazón, suele ser también la primera persona en la que pensamos. Después siguen los miembros de la familia, luego los amigos.

¿Quién está 'primero'? ¿Nuestra pareja o la familia?

Tradicionalmente se asumía que este orden se daba porque los contactos se almacenan mediante una jerarquía de categorías sociales, desde la pareja pasando por la familia y los amigos hasta los conocidos.
Sin embargo, Hills y Pachur se toparon durante sus análisis con otra causa. Un experimento de los psicólogos reveló que los participantes se acordaban principalmente de personas que sabían que se conocían entre sí, es decir, de personas que forman redes sociales.
Al contrario, resulta más difícil acordarse de las personas relativamente aisladas (por ejemplo, un amigo o conocido al que los demás integrantes del entorno no conocen), no importa el rango que tenga en la jerarquía familiar. Es decir, parece que el cerebro integra a las personas espontáneamente en un tejido de contactos sociales, considerando que aquellos que tienen muchos contactos son especialmente dignos de ser recordados.
Por cierto, el psicólogo inglés Robin Dunbar piensa que es un “mito” moderno creer que el número de amigos crece gracias a las posibilidades que ofrecen las redes sociales
en internet: si uno define como “amigos” a aquellas personas dispuestas a ayudarle en un apuro, su número es más o menos el mismo online que offline.

Fuente: http://www.mundo-geo.es

Libertat



¿Se heredan los traumas?

Desde hace años los investigadores especulan sobre la posibilidad de que comportamientos extraños provocados por un trauma aparezcan en generaciones posteriores.
Traumas y genética
Puede parecer un mal sueño o quizá ciencia ficción, pero los investigadores del cerebro llevan años especulando sobre un supuesto que les trae de cabeza: ¿se heredan los traumas de una generación a otra? Y de ser así, ¿cómo?.
El simple hecho de plantearse esta cuestión es un suceso curioso, pues está demostrado que el estrés o los traumas no modifican la secuencia de los componentes del material genético del ADN. Es un claro de ejemplo de que las leyes clásicas de transmisión formuladas por Mendel no siempre funcionan. Sin embargo, los científicos siguen preguntándose por los mecanismos de transmisión de los traumas en los seres humanos.
Según parece, los experimentos con ratones llevados a cabo por el equipo de investigación dirigido por Isabelle Mansuy, de la Universidad de Zúrich, han revelado que los traumas podrían pasar de generación en generación a través de lo que se conoce como micro-ARN, un tipo de ARN interferentes pequeños que están en el genoma de muchas especies, incluida la nuestra. El micro-ARN controla la frecuencia de expresión de determinados genes.
El equipo de Zúrich demostró que, por ejemplo, el estrés es capaz de modificar en gran medida la concentración de micro-ARN en el esperma de los ratones, al mismo tiempo que su comportamiento también se ve afectado. Con ello, los ratones del experimento no eran los únicos animales en presentar conductas llamativas, ya que estas también aparecían en sus descendientes, a pesar de que estos nunca habían estado sometidos a una situación de estrés.

Fuente: http://www.mundo-geo.es

10 Trucos para hacer ofertas y vender más



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10 Trucos para hacer ofertas y vender más. El experto en temas de retail Celestino Masrtínez nos da en su blog 10 interesantes trucos para saber hacer ofertas y vender más en las tiendas


 Hoy nos hacemos eco de su post.


Cómo hacer ofertas para vender más

1- Elegir un producto que tenga rotación. Nos cuenta Celestino Martínez que al elegir productos de poca rotación se corre el riesgo de perder beneficio al no poder conseguir la suficiente rotación para compensar la pérdida de margen. La “estrategia de precios-gancho”, es muy utilizada por los hipermercados, que saben que, una vez atraído el cliente, hay muchas posibilidades de que hagan el resto de la compra allí.
2- Elegir un paquete de productos. Especialmente en los pequeños comercios puede ser más interesante hacer ofertas sobre paquetes de productos si las rotaciones no van a ser muy altas. Por ejemplo, ofrecer un lote de cámara con accesorios, con el que se puede conseguir un precio final atractivo mejorando el margen medio de la operación.

3- Poner límites a la oferta. Las ofertas buscan acelerar las ventas. Por ello, es necesario limitarlas temporalmente o en número de unidades, para crear una sensación de urgencia.

4- Ofertar productos adecuados en tiempo y forma. Es difícil lograr vender un abrigo en primavera. Por otro lado, una cámara fotográfica será más adecuada para aplicar un descuento mientras que unos calcetines pueden ser apropiados para ofertar un 3×2.

5- Adecuar la oferta a las características del producto. Esta recomendación se centra más en productos de alimentación y se refiere a las compras por volumen, por ejemplo las ofertas 3×2. Este tipo de ofertas serán más exitosas en productos de alto consumo, caducidad alta o que se puedan congelar.

6- Transmitir las ventajas de manera clara. La oferta debe verse de manera clara: el porcentaje de descuento, el precio de antes y el de ahora, etc.

7- Cuidar la transmisión del mensaje. El estilo de la cartelería o de los folletos en los que se comunique la oferta contribuirán a hacerla más creíble. Es importante que todas las ofertas se comuniquen con un mismo estilo gráfico y que éste sea compatible con el resto de la cartelería del negocio.

8- Explicar la razón de la oferta. Fin de temporada, últimas unidades, cambio de exposición, cambio de modelo, etc.

9- Presentar las ofertas en todos los canales. Es importante utilizar todos los medios posibles para darlas a conocer: escaparate, web, redes sociales, carteles, etc.

10- Llevar un registro de ofertas. Es interesante tener anotaciones de las ofertas que se han hecho para sacar conclusiones y repetir aquellas que han tenido éxito.

Fuente: http://www.flameanalytics.com

10 consejos para atraer más clientes al punto de venta



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La ubicación del local es una decisión que debe ser estudiada con detenimiento ya que, una vez emprendida la actividad, condicionará la atracción de la clientela hacia la tienda y, por lo tanto, la rentabilidad del negocio.






¿Cómo conseguir que los compradores acudan a tu establecimiento?


1.- La ubicación del local es fundamental. Si está bien situado los clientes entrarán más
La ubicación del local es una decisión que debe ser estudiada con detenimiento ya que, una vez emprendida la actividad, condicionará la atracción de la clientela hacia la tienda y, por lo tanto, la rentabilidad del negocio. El factor principal de una buena ubicación es el volumen de personas que pasan delante de la tienda diariamente. Es algo que no es tan fácil conocer, y hay muchas ideas preconcebidas al respecto. En especial es habitual que se piense que tal calle es muy buena porque tiene mucho paso, cuando lo que cuenta no es la calle en su conjunto, sino el tráfico en la ubicación precisa del negocio. ¿Está tu tienda bien ubicada? ¿Cuántas personas pasan por delante cada día? 
  
2.- Pon un escaparate que llame la atención
Ya conocemos la importancia que tiene el escaparate, es  la primera interacción entre el comercio y el consumidor por ello es vital  ofrecerle variedad de productos a nuestro cliente y una buena forma de conseguirlo son  los  escaparates temáticos. Escaparatismo eficaz: los escaparates temáticos

3.- Coloca los productos para estimular la compra
Existen una serie de trucos de ubicación de productos que consiguen que el consumidor compre más de lo que necesita. Esto se consigue a través de una serie de técnicas que tratan de disponer cada elemento del supermercado de un modo concretoy de ubicar los productos de tal manera que al cliente le llamen la atención. La disposición de las estanterías, el uso de las ofertas, los personajes famosos que promocionan sus trabajos, las azafatas/os que ofrecen la caja de un producto, la música de fondo, la intensidad lumínica y un largo etcétera son manipulados para estimular el impulso comprador. ¿Cómo debo colocar los productos para vender más?

4.- Pon muebles que favorezcan la venta
Los muebles que se utilizan en el punto de venta marcan la imagen del local y ayudan a que el producto expuesto en ellos se venda más fácilmente. El mobiliario debe ser coherente con el producto y con el cliente potencial.

5.- Atrae a los clientes a través de sus sentidos
Si se quiere llamar la atención de la clientela hacia un lugar concreto del establecimiento o hacia determinados productos, los colores juegan como aliados a nuestro favor. Determinado perfume en una tienda de ropa, por ejemplo, facilita que el cliente relacione el olor con la firma. Además, también se puede motivar la compra por el olfato. El olor a pan recién hecho, a pizza, etc., situados de forma estratégica, puede incitar a los compradores.

6.- La música es muy importante ¡Cuídala!
Otra de las formas en las que se puede influir en el comportamiento de las personas sin que éstas se den cuenta, es a través de la música. Un hilo musical rápido hará que el cliente, sin ser consciente de ello, compre con más rapidez, lo que puede resultar muy útil en horas puntas. Si lo que se pretende, en cambio, es que el cliente se relaje y emplee tiempo en la compra, la música lenta es una herramienta eficaz. Hemos de tener en cuenta que, cuanto más tiempo pase el cliente en el establecimiento, existen más posibilidades de compra.  La música de fondo se puede manipular para estimular el impulso comprador.

7.- Pon buenas promocionnes
Mostrar ofertas especiales es una manera de motivar al cliente para que realice una compra que no tenía prevista. 

8.- Coloca los carteles donde los lean
Para que el cliente preste atención a los letreros de publicidad lo ideal es colocarlos en un lugar del establecimiento en el que lo único que tenga que hacer el comprador es leer. Un buen ejemplo son las escaleras mecánicas. Por el contrario, no es efectivo colocar carteles entre la puerta de la calle y la zona de tienda. Este es el lugar que los clientes necesitan para habituarse al nuevo espacio, por lo que es mejor que se deje libre.

9.- Se amable con los compradores
Resulta fundamental que el cliente se sienta bien atendido para que vuelva a comprar en un establecimiento. El servicio que el cliente reciba hará que repita o no en un establecimiento; la amabilidad, cordialidad y simpatía marcarán también la evolución y rentabilidad de un negocio.  El 72% de los clientes se pierden por indiferencia o mala atención

10.- Que ir de compras sea agradable
Para algunas personas ir de compras es uno de los mejores antidepresivos y, para muchas es un gran placer. Para que esto juegue a favor de nuestro negocio es importante contribuir a que el acto de compra resulte agradable y que el cliente vuelva a nuestro establecimiento. Una nueva experiencia de compra para mi cliente reformando mi tienda / Entiende el comportamiento del cliente y mejora su experiencia en tienda








 Fuente: http://www.flameanalytics.com

miércoles, 13 de mayo de 2015

Cómo el efecto placebo puede alterar las decisiones de compra y la percepción de lo que compramos






El neuromarketing demuestra que los consumidores sienten que es mejor el producto más caro

¿Por qué compramos? ¿Lo hacemos por los efectos reales que tiene el producto en cuestión en nuestras vidas o también nos dejamos llevar por lo que pensamos que ese producto puede hacer por nosotros?
Lo cierto es que las decisiones de compra no son completamente racionales (como diferentes estudios han demostrado) y están marcadas por muchas variables que están mucho más allá de nuestra mente consciente. Una de esas cuestiones que modifican cómo compramos (y sobre todo cómo nos sentimos con lo que compramos) es el que se conoce como el 'efecto placebo del marketing', un elemento que funciona completamente a nivel subconsciente y que entra dentro de los golpes maestros para entender cómo funciona la mente del consumidor que el neuromarketing ha demostrado y comprendido.

¿Qué es exactamente el efecto placebo?
Lo cierto es que la explicación de lo que es un placebo muestra claramente qué es en el terreno del marketing. Un placebo es algo que no es en realidad nada pero que nos dicen que es un medicamento (y en ocasiones tiene un efecto directo sobre nuestra salud y hace que nos sintamos mejor, gracias únicamente a la idea de que estamos tomando algo que nos hace sentir mucho mejor). En el marketing el efecto placebo funciona también a un nivel de lo que creemos que es y lo que en realidad es.
Cuando compramos, nuestro cerebro ha interiorizado ciertas normas. Las cosas caras nos parecen mejores y por tanto cuando pagamos más por una cosa sentimos que estamos comprando algo mejor o de más calidad. El consumidor siente que está haciendo una mejor inversión, una compra mucho más elevada y de mayor calidad. Tal es el efecto que el precio tiene en nuestro subconsciente sobre la calidad y los efectos de los productos, que puede llegar a modificar, como han demostrado los estudios de neuromarketing, hasta cómo percibimos el efecto de los calmantes para el dolor. Si son baratos, sentimos que nos alivian menos (aunque en realidad el medicamento sea el mismo). 

Según un estudio de la escuela francesa de negocios INSEAD, la cantidad de materia gris y las zonas del cerebro que se ponen en funcionamiento mientras se consume son diferentes y por tanto hacen que algunos consumidores sean más o menos proclives a dejarse llevar por este efecto.

Así responde nuestro cerebro al placebo
Pero ¿cómo funciona realmente el cerebro ante esta realidad? Los estudios han probado con diferentes realidades y pruebas para testar si respondemos de forma diferente o no a los mismos productos en cuestiones de precio. El más famoso de los análisis es el que enfrentó a los consumidores a cinco vinos diferentes (o eso les decían) que iban desde los 5 a los 90 dólares la botella. En realidad, los vinos eran únicamente dos (aunque sí dentro de la misma horquilla de precios). Los consumidores (que no lo sabían) señalaron que los vinos más caros sabían mejor.
Mientras bebían el cerebro estaba respondiendo a los estímulos que estaba recibiendo. Mientras bebían los vinos que pensaban que eran caros, en su cerebro se activaban las partes asociadas a la recompensa. El vino caro se asociaba por tanto con la idea de estar recibiendo una recompensa. Pero el efecto placebo no solo funcionaba en ese nivel, también tenía entre 'sus víctimas' a aquellos consumidores que tenían más desarrollada la corteza prefrontal, que es la que sirve para tomar decisiones y marcar el comportamiento social.
Quienes eran menos influenciables por el efecto placebo eran aquellos que tenían más desarrollada el área del procesamiento sensorial. Ellos se dejaban llevar más por sus propias sensaciones y si percibían que el vino era bueno les daba igual que costase menos.

No solo decidimos la compra, también cambia la percepción de efectos
Este no es el único experimento en el que la realidad y lo que se dice funciona como un elemento que modifica las pautas de consumo. De hecho, un estudio de un profesor del MIT partió de la misma idea que los padres llevan décadas aplicando para engañar a sus hijos a la hora de comer (eso de ocultar los ingredientes que lleva un plato y ver que el niño se relame de gusto ante una comida hecha con eso que en teoría no le gusta) pero a la creación de productos.
El experto les pidió a los consumidores que pusiesen nota a dos cervezas, que en realidad eran la misma con el punto de que a una le habían añadido un toque de vinagre balsámico. Curiosamente, cuando solo se trataba de beber y puntuar la cerveza con vinagre conseguía mejores posiciones. En cuanto se enfrentaba al consumidor a la prueba sabiendo que esa cerveza tenía vinagre, los consumidores directamente la odiaban.
Además, el efecto placebo no solo funciona en la elección del producto. También cambia como el consumidor percibe sus efectos y sus cualidades. Un experimento sobre productos, precio y percepciones así lo demuestra. Los expertos sometieron a los participantes de la muestra a un test de conocimientos tras beber una bebida energética. La bebida era la misma para todos los participantes, pero a unos se les dio como bebida con descuento y a los demás no. Quienes la bebieron a un precio más bajo, tuvieron peores resultados. Su cerebro percibía que lo habían energizado menos.

Efecto placebo: ¿cómo funciona?

Creer es poderNo son medicamentos, sino sustancias beneficiosas sin principios activos. Durante años la medicina científica los ha considerado remedios ineficaces, pero en la actualidad muchos profesionales de la sanidad admiten las ventajas de su adecuada aplicación: pueden llegar a curar sin ningún riesgo para la salud ni provocar efectos secundarios.
Las heridas causan dolor, pero también pueden provocar alivio. Así lo ha constatado el doctor Bruce Moseley después de practicar dos centenares de operaciones quirúrgicas. Moseley, médico de la selección nacional de baloncesto norteamericana, atendía una consulta como especialista en ortopedia en Houston (Texas). Allí trataba dolencias como el desgaste del cartílago de la rodilla. Para Moseley había llegado el momento de operar: hacer una incisión en la piel, llegar a la articulación, proceder a la irrigación de la zona afectada y limar las deformidades del cartílago. Con vistas a conseguir mejores resultados, Moseley consultó con una técnica en control de calidad del hospital donde trabajaba, que le planteó una audaz pregunta: “Nada estimula tanto la fantasía del hombre como la simple idea de que va a ser operado. ¿Ha considerado la idea de que la simple esperanza del enfermo en que su dolor vaya a aliviarse puede hacer que éste desaparezca?”

La ilusión también cura

Moseley invitó a sus pacientes a participar en un experimento excepcional e inofensivo. Quien accedía a tomar parte era conducido a la sala de operaciones para la intervención quirúrgica. Sin que el enfermo lo viera, allí Moseley abría un sobre lacrado con las indicaciones acerca de si la operación debía ser real o simulada. En el primer caso (la mitad de los participantes) se procedía del modo habitual. La decisión sobre quiénes iban a ser intervenidos y quiénes no fue tomada por otros colegas médicos para evitar que Moseley eligiera de forma deliberada o inconsciente a los candidatos con mayores probabilidades de curación.
Los pacientes no seleccionados para la cirujía recibían una fuerte dosis de tranquilizantes y unos pequeños cortes superficiales en sus rodillas para simular incisiones de una operación con bisturí. Moseley enviaba después a todos los pacientes a sus casas con una prescripción de calmantes contra los dolores de la herida. Ninguno sabía lo que habían hecho en su rodilla. Al cabo de dos años, casi todos los pacientes estaban muy satisfechos con el resultado de la operación, real o ficticia. Hasta la fecha, más de 180 enfermos con dolencias en la rodilla se han sometido a este experimento.

Efecto placebo y el cerebro Efecto placebo” (del latín placere, que significa complacer) se denomina al fenómeno según el cual los síntomas de una dolencia pueden mejorar con una “falsa” terapia. El paciente espera o cree que el método curativo que aparentemente le está aplicando el médico funciona. Se ha constatado que ninguna píldora, inyección o intervención quirúrgica está exenta completamente del llamado efecto placebo. En la era de la manipulación genética y de intervenciones quirúrgicas por ordenador, la confianza en el tratamiento clínico que se aplica influye de forma positiva en la curación del enfermo. Así se ha demostrado con innumerables estudios y pruebas con analgésicos, antidepresivos o fármacos hipotensores frente a remedios que contienen sustancias inertes, como harina o azúcar. Esta investigación no arrojan diferencias estadísticas relevantes. Al contrario, los resultados son a menudo muy ajustados: de cien pacientes con quienes se probó el efecto del fármaco, unos 50 mejoraron de su dolencia, mientras que de los cien pacientes que recibieron una sustancia inerte o placebo 40 reaccionaron de forma positiva. Por tanto, la eficacia del compuesto biológicamente activo es algo superior, pero el contraste es poco significativo en términos relativos.

Doctores y enfermos

Cuando un paciente confía en su médico, la autoridad que el segundo ejerce sobre el primero actúa como una droga poderosa. También pueden influir positivamente en la curación otros atributos relacionados con la figura del facultativo e incluso con los medios auxiliares (bata blanca, estetoscopio, talonario de recetas, aparato de rayos X ...), porque están “cargados“ de fondo alegórico. De forma similar el efecto placebo, estos símbolos contribuyen en determinados casos al restablecimiento de la salud. Pero sólo si se presentan de forma correcta. Un ejemplo de ello podría ser durante una minuciosa consulta médica en la que se informara al paciente de las causas de su enfermedad y de cuánto tiempo requiere la mejoría.
Pastillas del efecto placebo Si es tan evidente que el efecto placebo actúa como paliativo en tantas enfermedades, ¿no se estará prescindiendo de un valioso remedio terapéutico? Además, ¿no se podría usar este efecto placebo para aumentar la eficacia de las medicinas convencionales? Cada vez más, investigadores, médicos y funcionarios de la sanidad reflexionan sobre las ventajas curativas de los placebos.
El placebo es un medio curativo extraordinario”, afirma Robert Buckman, especialista en terapias para el tratamiento del cáncer en el hospital Princess Margret de Toronto. “Influyen sobre casi todos los síntomas y benefician al menos a un tercio de los pacientes que los reciben. No tienen efectos secundarios de importancia y pueden suministrarse en muy pequeñas dosis. Son los medicamentos más eficaces, seguros, baratos y fáciles de administrar.” Pero no todos comparten el entusiasmo por las pastillas de azúcar, las cremas refrescantes, las inyecciones de suero fisiológico, los equipos de ultrasonido desconectados y los simulacros de operaciones quirúrgicas.