miércoles, 26 de noviembre de 2014

SELECCIONANDO TIPOGRAFÍAS CON NEUROMÁRKETING

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El Neuromarketing es el estudio del comportamiento del consumidor mediante la medición de la actividad cerebral, el ritmo cardíaco y otros indicadores, que analiza los niveles de emoción, atención y memoria que poseen los diferentes estímulos percibidos de forma consciente o subconsciente por parte de los consumidores, con la intención de entender desde la manera en la que éstos toman sus decisiones de compra hasta la manera en la que se sienten satisfechos.


Como un pequeño ejemplo, mencionaré un estudio en el que se demostró la conveniencia de emplear menús en forma de carpeta en los restaurantes, ya que abrirlos, leerlos, decidir, ordenar los alimentos y posteriormente cerrar la carta y entregarla al mesero hace que el cerebro adquiera la sensación de que ha terminado con la tarea y siente una mayor sensación de conformidad con la decisión tomada, lo que no sucede al entregar un menú sin doblez ya que literalmente, no se le da el “carpetazo”, disminuyendo la sensación de seguridad y satisfacción tras pedir la orden.


El neuromárketing siempre ofrecerá datos reveladores e interesantes, aplicables no sólo en el campo de la mercadotecnia, sino también en el del diseño. Estudios recientes efectuados por los investigadores Hyunjin Song y  demostraron que la manera en que percibimos la información puede ser dramáticamente influenciada por la simplicidad o complejidad de la fuente tipográfica con la que sea presentada. Desde el punto de vista de la teoría tipográfica esto no es necesariamente una revelación. Sin embargo, lo que es relevante es que hasta el momento no se había comprobado de manera neurológica.


El resultado del estudio afirma que los lectores de un texto presentado en una fuente sencilla serán más propensos a comprometerse con lo que están leyendo que con los que lo vean en una fuente más compleja. De esta manera, se valida la lógica en la elección de una fuente sencilla para el diseño de formas de llenado y textos argumentativos de venta.


Durante el estudio, los investigadores presentaron a dos grupos material publicitario para la suscripción a un régimen de ejercicio. Su apuesta era que sería más probable que la gente tendiera a suscribirse dependiendo de qué tan extenso sintiera que era dicho régimen. A mayor tiempo estimado de duración del ejercicio, mayor la sensación de compromiso y por lo tanto menor la posibilidad de que se suscribieran, y a menor tiempo estimado de duración, menor la sensación de compromiso y mayor posibilidad de que se suscribieran.


El primer grupo vio la descripción de los ejercicios en una fuente sencilla y el segundo leyó exactamente lo mismo en una fuente más compleja. El primer grupo estimó que le tomaría en promedio 8 minutos realizar la rutina de ejercicio diariamente, el segundo estimó que se llevaría !16 minutos! No es de extrañar que en el primer grupo hubo un mayor número de personas suscritas al programa.


Song y Schuarz atribuyen este resultado al fenómeno de fluidez cognitiva, que significa que dependiendo de qué tan fácil es para nosotros procesar la información, atribuiremos esta facilidad o dificultad al contenido que estamos procesando. Es como cuando en la escuela te explican de manera simple y clara un problema de matemáticas de cierta dificultad. Si tuviste la sensación de que lo aprendiste fácilmente, sentirás que es más fácil de lo que es para personas que lo aprendieron mediante una explicación intricada y poco clara.

Por lo tanto, si tu diseño necesita convencer a su receptor, hacer que tome alguna acción, como suscribirse, hacer una llamada o dar un clic, ya sabes que mientras más sencilla sea la fuente que elijas, mejor.


Pero por supuesto, podrás estar pensando en rebatir lo anterior diciendo: ¿entonces cuándo se pueden emplear fuentes más complejas y expresivas? Pues bien, hay veces que tenemos que comunicar lo opuesto. Hay productos y servicios que requieren cierta aura de inaccesibilidad, como el cadenero para entrar al antro o la lista de espera para adquirir el nuevo modelo de auto convertible. La lógica aquí aplica a la inversa, el antro podría no ser tan cool si puedes entrar de inmediato y el auto podría no ser tan exclusivo si puedes salir en el de la agencia el mismo día que lo fuiste a ver.


Si estás diseñando para una marca costosa, el empleo de una fuente que cueste trabajo leer será consistente con lo que debes comunicar, según el principio de la fluidez cognitiva. Si estás diseñando el menú de un restaurante elegante, poner cierta dificultad en la lectura del menú hará que los comensales adjudiquen esa dificultad a la preparación de los platillos, lo que conlleva la idea de que están preparados por chefs de gran habilidad culinaria. El empleo de palabras largas en descripciones elaboradas de los platillos acentuarán este efecto. Y no olvides la importancia de que al pedir la orden, puedan cerrar su menú. Recuerda que los mejores resultados se obtienen cuando se coordinan todos los esfuerzos. Implementar estos principios en el diseño de la carta, aunado al diseño y ambientación del restaurante, su concepto, su nombre y el nombre de los platillos es el paquete completo que logrará construir las percepciones adecuadas en los visitantes.

Para regresar al meollo tipográfico del asunto: Fuentes complejas y textos difíciles (sin abusar, claro está) pueden ayudar a que tu receptor se convenza de que tu producto o servicio es resultado de un proceso largo y laborioso, que implica altas habilidades para su elaboración.


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Fuente:  www.designit.cat

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